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Ninguna cocina está completa sin, por lo menos, un frigorífico, ya que este electrodoméstico ayuda a mantener y alargar la vida útil de los alimentos que se guardan en él mediante el frío.
La baja temperatura que hay en su interior ralentiza la reproducción de las bacterias y evita el deterioro prematuro de los alimentos.
Así, podemos disponer de verduras y hortalizas, carnes y pescados, huevos y lácteos durante más tiempo. También se pueden guardar refrescos y bebidas para mantenerlos constantemente a una baja temperatura tan apetecible en la época de calor.
Pero como no todos tenemos el mismo tamaño de cocina, hay también diferentes tamaños de frigoríficos. Hay mini neveras, neveras de una puerta, frigoríficos de 2 puertas, frigoríficos con congelador integrado, etc.
Antes de empezar a mirar cualquier frigorífico, debes medir correctamente el hueco del que dispones para ponerlo, la profundidad, anchura y altura.
Debes de tener en cuenta la apertura de la puerta, aunque en la mayoría de los frigoríficos se puede cambiar de lado.
La cantidad de espacio de ventilación que debe de tener el frigorífico varía dependiendo del modelo y del fabricante, pero suele ser 2 cm a ambos lados y 3 cm en la parte superior y de profundidad.
Las mini neveras son perfectas para los espacios reducidos. Estos incluyen control de la temperatura, puerta reversible, y pueden ser de 50 a los 100 litros de capacidad.
Nadie quiere una nevera que es demasiado pequeña o demasiado grande. Elegir mal la capacidad puede ser ineficiente y costoso de mantener, por eso hay que elegir bien la capacidad que necesitamos
A la hora de elegir una capacidad, hay que basarnos en el tamaño de nuestra familia.
Los frigoríficos consumen más energía que cualquier otro electrodoméstico. Con el precio actual de la electrícidad, no es un tema que debas descuidar.
Por eso es importante elegir uno con la calificación energética.
La mejor clase que hay es la A+++ que es la que menos consume. A partir de ahí van bajando a A++, A+, A, B, etc.
Las estrellas representan la temperatura mínima a la que llega el congelador.